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Espallardo

Juan Espallardo Jorquera. Molina de Segura (Murcia), 1951


Su "gran salto" llega con la publicación de un anuncio en el diario murciano La Verdad, en el que se buscaban dibujantes para América, con el fin de ilustrar historietas de corte romántico, bélico y de terror. Su tema favorito era el romántico pero, aunque preparó una historieta con guión propio, consideró que aún no estaba preparado y retrasó un año el momento en el que decidió entrevistarse con el agente en cuestión.

En la agencia conoce a Demetrio, otro dibujante bastante desconocido en nuestro país, con el que pronto trabaría gran amistad. Éste le asesora y anima para que modifique y mejore su estilo, un aprendizaje que dura unos dos años. Mientras ayuda a Demetrio en sus propias obras haciendo el lápiz, su ilusión por dibujar historietas profesionalmente crece de forma desesperada. Así, ayuda a Demetrio en historias de guerra, que nunca le gustaron, en otras de bomberos y en la serie "El hombre de los 500 millones de dólares", basado en la serie de TV. Todo ello para la Charlton Comics americana.

En un viaje a Londres contacta, de forma casual, con el representante de la Fleetway al que muestra sus dibujos. Éste queda prendado de su estilo, especialmente en el tema de chiquillos, y comienza a enviarle guiones de esa temática. Fue una época de mucho trabajo, que finalizó en 1981. Las ofertas le llegaban sin molestarse en buscarlas y cada trabajo que realizaba suponía un salto adelante en su carrera. Cuando el guión de una editorial no le llegaba a tiempo, se dedicaba a realizar encargos para otras editoriales, como Editrize Universo, Corrier Boy y otras, todas ellas italianas, ilustrando episodios independientes y autoconclusivos de ciencia ficción, policiaco, oeste y capa y espada.

En 1978 contacta con Norma Editorial para la realización de episodios de "Tarzán", encaminados al mercado exterior. Pero, por desavenencias con Martínez, el editor, es despedido teniendo que escuchar que jamás dibujará a Tarzan, personaje por el que Espallardo sentía gran cariño. Sin embargo, de forma fortuita, es contratado por Toutain Editor, que también poseía derechos para reproducir las historias del personaje y al que le gusta el estilo de nuestro dibujante. Algunas de estas historias fueron publicadas hace años por Hitpress, socio de Toutain, en un comic-book cuyo título era el propio nombre del personaje.

En los años ochenta, crea uno de sus personajes más carismáticos y longevos, "El tremendo Toby", con destino al suplemento juvenil de fin de semana de La Verdad, "La Verdad Joven", y que, posteriormente, es vuelto a publicar por la editorial Bruguera en la revista "Zipi y Zape", esta vez en color.

Tras acabar la serie y motivado por un cambio de imagen de "La Verdad Joven", le piden la creación de una nueva saga, naciendo así las aventuras de corte policíaco "Sickles y Toth", nombres tomados de dos de los más grandes maestros de la historieta americana, de los que realiza tres álbumes completos.

Su colaboración con La Verdad le lleva a publicar, también, ilustraciones para narraciones y portadas para el suplemento dominical, hasta el año 1988 en el que se desligó de esta empresa.

Hasta este momento, Espallardo vivía exclusivamente de su trabajo como dibujante, pero el mercado del dibujo, deteriorado desde los años 70 de forma progresiva, se deja notar con fuerza, llevando al autor a alternar sus trabajos con otros diarios regionales como La Opinión y Diario 16 Murcia, para los que realizó ilustraciones y retratos de personajes relevantes, con el trabajo de encargado del departamento de publicidad y diseño de la empresa de su familia en Molina de Segura.

Aprovechando la cobertura publicitaria de esta empresa edita tres números de la revista "El tremendo Toby", que aglutina aventuras de este personaje, junto con las de "Sickles y Toth". Ejerciendo de editor y con el colectivo "El Boletín" de Barcelona, durante los noventa edita cuatro álbumes con las aventuras de estos mismos personajes, así como una serie de aventuras, de 20 números, en el formato del clásico cuadernillo y bajo el título "La Quinta Perla".

Con el declive del mercado editorial español, Espallardo opta por abandonar la historieta en aras de la pintura, aunque aún se acerca a aquélla tangencialmente, como en el año 2002 con la exposición "Por Arte de Tebeo" para el Centro Regional de Bellas Artes del Ayuntamiento de Oviedo, donde colgó una buena parte de su extensa colección de originales de los grandes autores del cómic mundial.

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